La llegada de enero implica la
elaboración de la lista de propósitos de inicio de año. En mi
caso, tengo pocos pero contundentes. Sin embargo, he dejado algún huequecillo para las ideas menos serias como la
belleza.
Para este año me he propuesto
borrar mis ojeras. Intentaré luchar contra ellas a base de la
vitamina K de K-Ox Eyes de Isdin, una maravilla que no puede faltar en el
neceser de esas personas que, como yo, tienen asumido que las ojeras son unas fieles compañeras de viaje.
Otro de mis propósitos pasa por
tener una piel más luminosa. Y es que al hilo de mis omnipresentes
ojeras, he visto que toda iluminación en el rostro puede ayudar a
tener una mejor cara. Poco maquillaje, pero efectivo y bien
utilizado. Esa es la idea. Para este fin he optado por el iluminador Copacabana de Nars y lo
admito. Estoy enamorada.
Más que maquillarme y pasar horas
delante del espejo, me gusta estar bien y tener buena cara. Para ello, nada mejor que un lugar donde ponerte en
manos de alguien para que te cuide y mejor aún si es un sitio delicioso.
Es el caso de Malavana, una
peluquería y centro de estética en plena calle Almirante, con un
rollo genial. Ya quiero ir.
(Malavana)